La evaluación
Melisa Jocelyn Zuñiga Osorio
Cuando
hablamos de evaluación, hablamos de una tarea necesaria en la educación y de un
instrumento que sirve para dar valor a algo, para juzgar el progreso del
alumno, para tomar decisiones acerca de que métodos y materiales utilizar en la
instrucción o para determinar qué es lo que necesita aprender el estudiante.
En
la actualidad la palabra evaluación nos hace referencia a modelos de tipo
cualitativo, pues en nuestra sociedad la evaluación se encuentra altamente
“ritualizada” ya que ha adquirido un estatus, debido a que le da cierto valor a
los conocimientos y al potencial de cada persona. Pareciera que lo único que
importa ahora es obtener calificaciones altas en vez de evaluar y darnos cuenta en verdad cuales son
los conocimientos, actitudes y valores que se han aprendido en el proceso de enseñanza;
y es que nos han acostumbrado a que quien obtiene calificaciones altas es “el mejor”
haciendo de la evaluación una herramienta para calificar, clasificar y algunas
veces castigar.
Como
dice Foucault “la escuela pasa a ser una especie de examen interrumpido que no
se limita a sancionar un aprendizaje, sino que lo hace de manera permanente”
pues como sabemos en todo nuestro trayecto educativo nos están evaluando
constantemente, día a día con trabajos, actividades, participaciones, exámenes,
etc. Por lo tanto somos evaluados en todo momento.
La
calificación del alumno para muchos padres, docentes incluso para los mismos
alumnos es el resultado de su capacidad y de su empeño o en ciertos casos su
falta de esfuerzos y esto nos lleva a lo que Miguel Ángel Santos dice: “En el
caso de fracasar será él quien deberá pagar las «consecuencias». Sólo él deberá
cambiar. Lo demás, podrá seguir como estaba. La evaluación se convierte así en
un proceso conservador.” Entonces el alumno es el único afectado en este
proceso.
Se evalúa cuantitativamente. El asignar un número
a un alumno supuestamente es el resultado de un acto objetivo pero al realizar
este tipo de evaluación se ignoran cuestiones como: la manera en que aprende el
alumno, cómo relaciona lo aprendido, para qué le sirve lo aprendido y si se
disfruta aprendiendo cuestiones que son muy importantes en el proceso de
aprendizaje.
Considero
que sería buen evaluar tanto una parte cualitativa como una cuantitativa y no
darle demasiado peso a una calificación o a un número. La evaluación debería
ser para ver cuales han sido nuestros avances y cuáles son los conocimientos que
nos faltan reforzar, para así poder trabajar sobre ellos, realizar
los ajustes y adecuaciones necesarias para llegar a lograrlos y mejorar.








