lunes, 6 de abril de 2015

Artículo de opinión

La evaluación
Melisa Jocelyn Zuñiga Osorio
Cuando hablamos de evaluación, hablamos de una tarea necesaria en la educación y de un instrumento que sirve para dar valor a algo, para juzgar el progreso del alumno, para tomar decisiones acerca de que métodos y materiales utilizar en la instrucción o para determinar qué es lo que necesita aprender el estudiante.
En la actualidad la palabra evaluación nos hace referencia a modelos de tipo cualitativo, pues en nuestra sociedad la evaluación se encuentra altamente “ritualizada” ya que ha adquirido un estatus, debido a que le da cierto valor a los conocimientos y al potencial de cada persona. Pareciera que lo único que importa ahora es obtener calificaciones altas en vez de  evaluar y darnos cuenta en verdad cuales son los conocimientos, actitudes y valores que se han aprendido en el proceso de enseñanza; y es que nos han acostumbrado a que quien obtiene calificaciones altas es “el mejor” haciendo de la evaluación una herramienta para calificar, clasificar y algunas veces castigar.
Como dice Foucault “la escuela pasa a ser una especie de examen interrumpido que no se limita a sancionar un aprendizaje, sino que lo hace de manera permanente” pues como sabemos en todo nuestro trayecto educativo nos están evaluando constantemente, día a día con trabajos, actividades, participaciones, exámenes, etc. Por lo tanto somos evaluados en todo momento.
La calificación del alumno para muchos padres, docentes incluso para los mismos alumnos es el resultado de su capacidad y de su empeño o en ciertos casos su falta de esfuerzos y esto nos lleva a lo que Miguel Ángel Santos dice: “En el caso de fracasar será él quien deberá pagar las «consecuencias». Sólo él deberá cambiar. Lo demás, podrá seguir como estaba. La evaluación se convierte así en un proceso conservador.” Entonces el alumno es el único afectado en este proceso.
Se evalúa cuantitativamente. El asignar un número a un alumno supuestamente es el resultado de un acto objetivo pero al realizar este tipo de evaluación se ignoran cuestiones como: la manera en que aprende el alumno, cómo relaciona lo aprendido, para qué le sirve lo aprendido y si se disfruta aprendiendo cuestiones que son muy importantes en el proceso de aprendizaje.

Considero que sería buen evaluar tanto una parte cualitativa como una cuantitativa y no darle demasiado peso a una calificación o a un número. La evaluación debería ser para ver cuales han sido nuestros avances y cuáles son los conocimientos que nos faltan reforzar, para así poder trabajar sobre ellos, realizar los ajustes y adecuaciones necesarias para llegar a lograrlos y mejorar. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario